Cómo navegar a través de la incertidumbre. Con esa frase tan corta como elocuente, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) titula su último informe sobre perspectivas globales de crecimiento, en el que recorta su pronóstico para este año y el que viene y avisa de que las ansias proteccionistas están empujando la actividad mundial hacia un terreno minado con muchas aristas. España, pese a todo este torbellino, destaca en el sentido opuesto: es el país desarrollado que más crecerá, con un pronóstico mejorado en tres décimas para este año, hasta el 2,6%, en medio de una eurozona que arrastra los pies y que avanzará menos de lo previsto.
La fuerte crisis de la covid-19 que azotó el mundo en 2020 cumple ahora cinco años, lo que representa un momento propicio para hacer balance de su impacto en los distintos aspectos de la economía y la sociedad. El mercado laboral español, desde entonces, deja una fotografía nítida de fuerte aumento de la ocupación, que crece en casi dos millones de personas, y gana en calidad. Pero los trabajadores nacidos en España envejecen con rapidez y pierden peso en el empleo total, que aumenta gracias a la inmigración. En este tiempo, casi tres de cada cuatro nuevos empleos se han generado en Cataluña, Andalucía, Madrid y Valencia y los han ocupado trabajadores mayores de 50 años.
En un mercado económico fluctuante, la disponibilidad de maquinaria y equipos es fundamental para mantener y potenciar la operatividad de las empresas. En sectores clave como la construcción, logística, manufactura, entre otros, las organizaciones deben mantener su capacidad productiva y su competitividad sin comprometer su estabilidad financiera. La compra directa de activos, una opción muy habitual, puede implicar una fuerte carga económica, especialmente para las pequeñas y medianas empresas (pymes), que representan la mayor parte del tejido empresarial español, con 2.942.716 registradas hasta diciembre de 2024 según la publicación Cifras PYME.
2024 terminó con 148.018 vacantes de empleo en el cuarto trimestre, 8.704 más que un año antes, según la Encuesta Trimestral de Coste Laboral (ETCL) publicada este lunes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Pese a este incremento, se trata de una cifra que se sitúa por debajo de las 150.000, una barrera prácticamente inamovible desde que se superó en marzo del año pasado. Una caída que se justifica por el hecho de que el 92% de las empresas afirmaban no tener vacantes porque “no se necesita ningún trabajador más”. El informe advierte, sin embargo, de que nueve de cada diez de estas plazas libres se sitúan en el sector servicios.
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