Desde hace unos años, la salud emocional de la población ha cobrado importancia. La vía rápida y más económica para mejorarla es la medicación. Sin embargo, a la larga, no es una estrategia que mejore la salud mental de un país. Porque no ahonda en las raíces que llevan a una persona a la depresión o la ansiedad. El acompañamiento de profesionales en el proceso de recuperación y mejora de su salud emocional es fundamental. Algo que se está valorando en el seguro de Salud.
ARTÍCULO PUBLICADO EN LA REVISTA PYMESEGUROS Nº 125
La salud mental ha irrumpido en la agenda política y mediática de una forma que nadie podía predecir antes de la pandemia. Es el primer e importantísimo paso para despojar a esta cuestión del estigma social que le acompaña desde hace décadas. Y no es un fenómeno exclusivo de España. En estos momentos todas las sociedades desarrolladas están haciendo un autodiagnóstico sobre su salud emocional. Recientemente, ha visto la luz el III Informe de Bienestar Emocional del Grupo AXA realizado en 16 países con más de 16.000 encuestas, elaborado por Ipsos, del que se desprende que un 40% de los españoles reconoce sentirse emocionalmente mal o muy mal.
El estudio internacional, que recoge datos de Tailandia, Francia, México, Suiza, China, EE. UU., Filipinas, Bélgica, España, Irlanda, Alemania, Reino Unido, Hong Kong, Turquía, Japón e Italia, sitúa a tailandeses, franceses y mexicanos como los ciudadanos con mejor situación emocional. Por el contrario, italianos, japoneses y turcos son los encuestados que se encuentran en peor situación anímica o psicológica.
Con estos datos en la mano, podríamos afirmar que los españoles no somos los ciudadanos que peor estamos. Por eso, llama especialmente la atención que seamos el país del mundo con mayor consumo de tranquilizantes. Hace unas semanas, conocíamos el último informe anual de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), donde se señala a España como el país con mayor consumo de benzodiacepinas, prescritas por su efecto ansiolítico, hipnótico y relajante. De todas ellas, el diazepam (comercialmente conocido como Valium) es el Rey. La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) del Ministerio de Sanidad ha notificado un incremento de su consumo del 110%.
Por su parte, la Encuesta sobre Alcohol y otras Drogas (Edades), elaborada en 2022 por el Plan Nacional sobre Drogas, revela que el consumo de hipnosedantes en España ha alcanzado el máximo de su serie histórica: el 23,5% de la población de entre 15 y 64 años los ha tomado alguna vez, con o sin receta.
¿Si no somos el país con peor salud mental, por qué somos el que más se medica? Desconozco la respuesta a esta pregunta, pero mucho me temo que hay más de una razón para que esto sea así: y la manera en que el sistema sanitario está afrontando la cuestión es una de ellas.
La vía rápida y más económica para mejorar la salud emocional de las personas es la medicación. Sin embargo, a la larga, no es una estrategia que mejore la salud mental de un país. Porque la medicación es un paliativo que no ahonda en las raíces que llevan a una persona a la depresión o la ansiedad.
El acompañamiento de profesionales en el proceso de recuperación y mejora de su salud emocional es fundamental. Entender por qué nos sentimos mal es el primer paso para recuperar el bienestar, pero esto nunca lo vamos a lograr siendo líderes en el consumo de benzodiacepinas.
Tenemos que ser capaces de normalizar la asistencia frecuente a consultas terapéuticas que nos ayuden a salir de estados de estrés, ansiedad o depresión. Este es el siguiente paso que tenemos que dar como sociedad. Ya hemos abandonado el pudor que nos daba reconocer un problema de salud mental, ahora toca hacer lo propio con la forma en que nos curamos sin hipermedicarnos.
Mar Romero, directora de Distribución de AXA España
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