Aon Benfield, la división global de intermediación de reaseguros y consultoría de capital de Aon Corporation, en su informe “Annual Global Climate and Catastrophe Report”, que compila y analiza los desastres naturales ocurridos en todo el mundo durante 2011, afirma que el pasado año fue uno de los más activos, con 253 eventos independientes que han generado una cifra record de pérdidas económicas de 435.000 millones de dólares.
La cantidad total de pérdidas por catástrofes naturales aseguradas durante 2011 asciende a 107.000 millones de dólares, la segunda más alta de los últimos años, sólo superada por los 120.000 millones de dólares de pérdidas aseguradas en 2005, de los cuales 90.000 millones corresponden a los grandes huracanes Katrina, Wilma y Rita. Esto supone además un incremento de más del 280% con respecto a las pérdidas aseguradas en 2010.
El informe también indica que las 10 mayores pérdidas por catástrofe natural aseguradas durante 2011 representan el 81% (86.000 millones de dólares) del total de la cifra de pérdidas aseguradas e incluyen cuatro importantes eventos relacionados con agua, tres terremotos, dos inundaciones y un ciclón tropical.
Stephen Mildenhall, CEO de Aon Benfield Analytics, afirma que “las pérdidas aseguradas totales han sido más de dos veces y media superiores a las de 2010, que a su vez fueron casi el doble de las de 2009. La alta frecuencia durante el año ha puesto a prueba las retenciones de las compañías de seguros y sus protecciones de reaseguro. El sector asegurador ha demostrado su valor e importancia dentro de la economía global, ayudando a las personas, comunidades y negocios a recuperarse, probando asimismo el reaseguro su valor para las aseguradoras. Los trágicos eventos ocurridos durante el año también han puesto de manifiesto para aseguradores y reaseguradores algunas oportunidades de mejora y expansión a través del diseño de nuevas y más amplias coberturas y capacidades”.
Los desastres más costosos desde la perspectiva humana, aseguradora, reaseguradora y económica, fueron los de Japón el 11 de marzo, en forma de un grandísimo terremoto y posterior tsunami que mató a casi 16.000 personas, causando unas pérdidas aseguradas aproximadas de 35.000 millones de dólares y unas pérdidas económicas de 210.000 millones de dólares; y los dos fuertes terremotos de Nueva Zelanda que originaron conjuntamente unas pérdidas aseguradas de 15.000 millones de dólares. Fuentes gubernamentales han señalado que el país ha sufrido unas pérdidas económicas de 30.000 millones de dólares como consecuencia de los dos terremotos de 2011 y un poderoso temblor en septiembre de 2010.
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