Un 15% de empresas y autónomos ya han contratado algún producto o servicio para el ahorro de cara a la jubilación, lo que supone un 7% más respecto al año anterior. Así lo pone en evidencia la cuarta edición del estudio Situación del Ahorro y la Inversión en España, del Observatorio Caser, que en esta ocasión ha profundizado en el grado de conocimiento que existe entre el tejido empresarial de nuestro país sobre sobre estos vehículos de ahorro.
ARTÍCULO PUBLICADO EN LA REVISTA PYMESEGUROS Nº 140
Aunque los datos son esperanzadores, un aspecto sobre lo que hace especialmente hincapié el informe es en la importancia de continuar promoviendo el conocimiento y las características de los productos y servicios de ahorro para la jubilación en general, y en particular, los PPE en todo el tejido empresarial español. No solo llama la atención que en España solo una cuarta parte de los autónomos y empresas ha oído hablar de ellos, sino que un 36% de estos no conoce sus características. Ahora bien, esta cifra es un 6% mejor que el año anterior.
Estos datos varían significativamente entre los diferentes tipos de empresas y autónomos. Es reseñable que el mayor conocimiento se dé en las pequeñas y medianas compañías (47% y 48%, respectivamente), en contraposición con la preocupante situación de los autónomos sin empleados (8%), que reducen su conocimiento un 3% respecto al año pasado, a pesar del “trabajo realizado por parte del sector para fomentar los PPE desde asociaciones y colegios profesionales durante el último año, cuando se presentó esta nueva modalidad”. El informe insta, eso sí, a continuar impulsando estos vehículos dentro de este segmento, ya que son una opción con buenas características para este perfil de trabajador de cara a su jubilación.
También habría que profundizar sobre qué se conoce exactamente de los PPE y PPES (planes de pensiones de empleo simplificados). Uno de cada cinco encuestados entiende que son un complemento a la pensión pública, un 4% más que el año anterior. Hay un 18% que afirma que estos planes se negociarán en los convenios colectivos o serán (o ya son) obligatorios, como sucede en el sector de la Construcción. Sin embargo, solo un 5% es consciente de sus beneficios fiscales, por debajo de quienes saben que se relacionan con la nómina como un complemento salarial (7%).
Con todo, y aunque son unos resultados claramente mejorables, ya hay un 15% de empresas y autónomos que han contratado algún producto o servicio para el ahorro de cara a la jubilación, lo que supone un 7% más respecto al año anterior. Desglosando por tipo de empresa, vemos un leve aumento en las microempresas y pymes, pero destaca el crecimiento entre los autónomos sin empleados, que alcanza el 41%, respecto el 25% de 2023, demostrando que, aunque haya bajado el número de estos profesionales que conoce los PPE, aumenta en gran medida la contratación de productos de ahorro entre ellos, lo que muestra su interés en la búsqueda de formas para complementar su jubilación. También es relevante que, entre las empresas y autónomos que tienen contratado o promueven algún producto de ahorro colectivo, el 38% afirma que este producto es un PPE o PPES, un porcentaje ligeramente superior al año pasado, lo que demuestra el interés creciente en este producto. De hecho, un 35% de los encuestados considera bastante o muy interesante que las empresas contraten y promuevan este tipo de productos para sus trabajadores, un punto porcentual más que el año pasado.
Sobre el interés en estos productos de ahorro colectivo es reseñable el número de autónomos sin empleados que está interesado en que se promuevan los PPE y PPES, que alcanza el 44%, un 7% más que la última vez que se les preguntó al respecto. Sin embargo, son las medianas y grandes empresas las que muestran un mayor interés en ellos (51% y 56%, respectivamente). Estas cifras muestran un significativo aumento por parte de las medianas empresas, que el año pasado se situaban en 39%, en contraposición con la disminución de las grandes empresas, que han bajado diez puntos porcentuales, hasta el 56%.
No obstante, a pesar del creciente interés, aún persiste cierta reticencia, ya que al ser preguntados sobre si se han planteado alguna vez contratar o promover un PPE/PPES, las cifras bajan especialmente entre las grandes empresas, que disminuyen del 21% al 10%, aumentando únicamente las pequeñas y medianas empresas, que se posicionan este año con un 9%, en comparación con el 8% y 5%, respetivamente, del anterior año.
Además, los encuestados opinan que para impulsar estos vehículos de ahorro habría que incidir en sus ventajas fiscales (68%), la rentabilidad/riesgo (64%), así como contar con ayudas administrativas, asesoramiento u orientación para su contratación (63%).
En este sentido, las probabilidades de que estos autónomos y empresas contraten o promuevan un PPE o PPES de cara a ahorrar para la jubilación ha aumentado ligeramente. Un 27% de los encuestados ve probable contratar en un futuro algún producto específico para fomentar el ahorro para la jubilación entre sus empleados. Una cifra que crece hasta el 34% entre autónomos sin empleados y un 42% entre grandes empresas.
Ahora bien, la contratación de estos productos pasa, necesariamente, por la capacidad de ahorro de la población. Un 69% asegura ahorrar de manera regular cada mes, aunque sorprende que solo el 15% se siente verdaderamente satisfecho con las cantidades que logra ahorrar. Estos datos ponen en evidencia que hay un 85% de la población que, o no ahorra, ya sea porque no quiere (4%) o porque su situación no se lo permite (27%), o que ahorra menos de lo que le gustaría (54%).
Entre los obstáculos más mencionados para ahorrar se encuentran la insuficiencia de ingresos (55%) y los gastos imprevistos (33%), factores que afectan la capacidad de las personas para planificar a largo plazo. Entre quienes sí ahorran, el 22% de los encuestados confirma que es principalmente por cultura, porque considera que es importante no gastar todos los ingresos, y el 20% para poder acometer imprevistos que pueden surgir en el día a día. Resulta llamativo que solo un 7% lo haga prioritariamente para tener más dinero en la jubilación.
Ahora bien, estos datos sufren variaciones según el grupo de edad consultado. Mientras que los más jóvenes, especialmente aquellos de entre 18 y 29 años, tienden a enfocarse en objetivos como la compra de una vivienda (19%), para las personas de mayor edad el ahorro se destina principalmente a enfrentar imprevistos o, en el caso de aquellos próximos a la jubilación, a complementar los ingresos que les proporcionará la pensión de la Seguridad Social. Esta última motivación es particularmente relevante entre los ciudadanos de entre 56 y 65 años, donde el 18% de los encuestados menciona que su ahorro está dirigido hacia la jubilación, casi duplicando a los que lo hacen en la franja de 46 a 55 años (9%).
En cuanto a los métodos de ahorro preferidos, el estudio revela una inclinación general hacia productos tradicionales y de bajo riesgo, como las cuentas de ahorro (34%) y las cuentas corrientes (29%), seguidos por el hábito de guardar efectivo en huchas (16%) y los fondos de inversión (10%).
El estudio también revela que siete de cada diez personas manifiestan tener conocimientos en inversiones y mercados financieros, aunque solo un 6% confirma que sean avanzados, mientras que el 64% restante afirma que sus saberes son básicos (31%) o que le gustaría aprender más de lo que sabe (33%).
Un aspecto relevante ya que está íntimamente relacionado con la decisión de ahorro, de modo que el 82% de las personas que ahorran poseen conocimientos sobre mercados e inversiones, mientras que entre aquellos que su situación no les permite ahorrar, un 45% no tiene conocimientos al respecto, “lo que deja entrever la importancia de la educación financiera en la consecución de los objetivos de ahorro”.
Por lo tanto, el informe pone de manifiesto un aspecto crucial: la inversión como una herramienta clave para rentabilizar los ahorros. El 72% de los encuestados afirma tener algún producto de inversión contratado, lo que demuestra que una parte significativa de la población está buscando alternativas para hacer crecer su capital. Los productos más populares son las cuentas y depósitos (44%), los planes de pensiones (27%) y los fondos de inversión (26%).
Y aunque seis de cada diez personas se muestran interesadas en las inversiones sostenibles, más de la mitad (42%) limitan su interés en el producto solo si este les ofrece buena rentabilidad. Además, entre los que manifiestan interés en este tipo de inversiones, solo un 14% lo tiene contratado. Sin embargo, el estudio subraya la necesidad de fomentar el conocimiento sobre este tipo de inversión, ya que más de un 60% no invierte en ellos por desconocimiento, “es decir, no es tanto la falta de interés, sino la falta de conocimiento el principal freno de los españoles hacia este tipo de inversiones”.
Entre los principales frenos para no invertir ni en productos ESG ni en otros destacan la falta de capital (51%), seguida por el desconocimiento sobre las opciones de inversión (18%) y el miedo al riesgo de perder el dinero (15%). Esta falta de conocimientos financieros es especialmente relevante entre los menores de 30 años, donde uno de cada tres afirma que no invierte por no saber lo suficiente al respecto.
Sobre el modo de obtener esos conocimientos financieros, solo el 30% se informan en materia financiera a través de asesores profesionales, frente al 44% que usa las webs de entidades financieras y el 37% que se deja aconsejar por amigos y familiares.
Ahora bien, como dato alentador, una de cada cuatro personas ha contratado alguna vez servicios de asesoramiento financiero, resultando curioso que los jóvenes entre 18 y 29 años han recurrido más a este servicio (38%) en comparación con los mayores de 65 años (16%). Los temas para los que más recurren a ellos son la gestión de inversiones (63%), la planificación fiscal (50%) y la protección financiera (41%), “lo que subraya la importancia de contar con un apoyo profesional en la toma de decisiones financieras”.
Sobre las áreas específicas que consideran más importantes aquellas personas que los han contratado, las inversiones (63%), la planificación fiscal (50%), los seguros y la protección financiera (41%) y la planificación de la jubilación (30%) están en cabeza.
El informe también aborda el uso de otros productos de ahorro, como los seguros de Vida y la hipoteca inversa. En el primero de los casos, un 47% afirma tener contratado uno, un porcentaje que disminuye gradualmente conforme aumenta la edad, habiendo un 59% de menores de 29 años que cuenta con uno en contraposición al 28% de mayores de 65 años.
A la hora de seleccionar un seguro de Vida, las personas dan prioridad a la cobertura por fallecimiento (61%), por diferentes tipos de incapacidad (56%) y a los beneficios adicionales que ofrezca el seguro (52%).
Menos popular es la hipoteca inversa, que solo conoce el 61% de la población. Los motivos más mencionados para contratarla son la necesidad de ingresos adicionales en la jubilación (29%), la contratación de cuidados a domicilio o el pago de una residencia (22%), y el deseo de mantener el mismo nivel de calidad de vida (22%).
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