Miles de hectáreas han ardido este verano llegando, en ocasiones, a casas. Esta situación ha dejado patente un grave problema: la tasa de penetración del seguro en las zonas rurales y, especialmente, en las segundas residencias es muy baja. Un contexto en el que la población necesita aún más, si cabe, el asesoramiento experto.
ARTÍCULO PUBLICADO EN LA REVISTA PYMESEGUROS Nº 117
“Lo hemos perdido todo, toda nuestra vida quemada por el fuego”. Aún tengo en mi retina y oigo en mi cabeza estas palabras de una persona en uno de los informativos de televisión este verano. Más de 50 grandes incendios han destruido más de 230.000 hectáreas, el equivalente a unos 280.000 campos de fútbol, en toda España, de Norte a Sur, de Este a Oeste, sin excepciones.
Creo que, como expertos en la gestión de riesgos, los profesionales que trabajamos en el sector seguros pensamos, instintivamente, al ver las consecuencias de estos incendios, en las coberturas y garantías que podrían permitir sobrellevar la situación de estas personas. Y entonces llega un segundo momento de estupefacción cuando comprobamos que la tasa de penetración del seguro en las zonas rurales y especialmente en las segundas residencias es muy baja.
En España, un país que tradicionalmente ha ahorrado en ladrillo, 3 de cada 10 casas están desprotegidas sin ninguna póliza de Hogar. Un porcentaje que se eleva hasta por encima del 70% en caso de segundas residencias. Es decir, menos del 20% de las segundas residencias tienen un seguro de Hogar, según los últimos datos de Unespa recogidos de la Encuesta de Presupuestos Familiares. Dicho de otra manera, el 80% de las personas que tienen una segunda residencia lo perderían todo en caso de incendio o inundación y más del 25% perderían la casa en la que viven.
El nivel de desprotección, sin duda, es muy elevado considerando además las amenazas emergentes que se ciernen sobre las sociedades modernas con el cambio climático como protagonista: la proliferación de incendios y la frecuencia de las Danas.
Como compañía aseguradora, este verano hemos detectado un incremento del 400% de los siniestros por fuego y los efectos de la gota fría vuelven a dejarnos daños por agua también importantes. Un contexto en el que la población necesita aún más, si cabe, el asesoramiento y pedagogía experta. La sociedad en general, y los ciudadanos en particular, han de ser conscientes de la necesidad de protección y del riesgo que asumen en caso contrario.
Tenemos una oportunidad y una responsabilidad muy importante considerando, además, que la mediación profesional es la más cercana a estas realidades. Sabemos que tenemos un mediador casi en cada pueblo de España, en esos pueblos que se han quemado, que sufren las inundaciones y que han de conocer todas las herramientas para mejorar su protección. Un camino que, sin duda, no es fácil y en el que, además, debemos explicar bien cuál es nuestro role, el del Consorcio y el de las autoridades con una premisa: sin seguro no hay protección.
Mar Romero, directora de Distribución de AXA España
www.pymeseguros.com