Los españoles pagarán este año en el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) entre 9 y 550 euros menos que lo abonado en el ejercicio anterior. Los motivos se encuentran en los ajustes que el Gobierno central fijó recientemente para las rentas inferiores a 21.000 euros, en las subidas de las cotizaciones sociales, en las deflactaciones y rediseños autonómicos de las tarifas del impuesto y, por último, en la actualización de los tipos mínimos regionales.
Este compendio de medidas –sobre todo la impulsada por el Ministerio de Hacienda– beneficiará principalmente a las rentas bajas de 16.000 y 20.000 euros, que podrán ahorrarse entre 540 y 300 euros en función de cada comunidad autónoma, con la única excepción de las forales. Por su parte, los contribuyentes de más ingresos, a partir de los 100.000 euros, dejarán de pagar una media de 150 euros. Los menores alivios los tendrán los contribuyentes de 30.000 euros, con descuentos medios inferiores a los 10 euros. Todo dependerá, no obstante, de cada región.
Los datos están recogidos en el Panorama de la fiscalidad autonómica y foral para 2023, presentado ayer por el Consejo General de Economistas y el REAF. Según explicó el presidente de los asesores fiscales, Agustín Fernández, las comunidades autónomas han utilizado su capacidad normativa para adoptar medidas con las que paliar la inflación. En este contexto, ocho regiones han deflactado o bajado la tarifa del IRPF, mientras que otro grupo ha modificado al mismo tiempo los mínimos personales y familiares.
Llegado este punto, y teniendo en cuenta que ninguna autonomía tiene una tarifa similar a la estatal, el ahorro general que habrá en 2023 varía sustancialmente entre comunidades. En este contexto el REAF ha tomado como ejemplo para sus simulaciones el caso de un contribuyente soltero, menor de 65 años y sin hijos que obtiene únicamente rentas del trabajo.
Este perfil, en el caso de unas rentas de 16.000 euros, tendrá la tributación más favorable en la Comunidad Valenciana, con una cuota a pagar de 314 euros. La factura más elevada estará en País Vasco, con 1.207 euros. En el caso de unos ingresos de 20.000 euros, la mejor situación fiscal estará en Madrid y la peor en Navarra. Para 30.000 euros, País Vasco es la región más barata y Cataluña la más cara.
A partir de estas cifras, las tres provincias vascas destacan por favorecer a las rentas medias altas, entre los 45.000 y los 70.000 euros al año. Madrid, por su parte, se convierte en un oasis fiscal para las rentas a partir de los 110.000 euros anuales, que ven el peor tratamiento tributario en la Comunidad Valenciana.
En el IRPF, explica el REAF, las principales diferencias regionales se producen por la regulación de las tarifas y por la actualización de los mínimos. Pero también se regulan muchos beneficios fiscales “con coste recaudatorio limitado” para favorecer la natalidad, ayudar a ciertos colectivos, intentar paliar la despoblación rural o favorecer ciertos comportamientos positivos para el medioambiente.
Los asesores fiscales también observan que la capacidad normativa de las autonomías ha producido 958 impactos normativos en diferentes figuras, de los que 317 corresponden al IRPF. Estos últimos, sin embargo, solo han supuesto un ahorro conjunto de 413 millones de euros.
El análisis del REAF también recoge las diferencias regionales en otros impuestos como el de sucesiones y donaciones o el de transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados.
En Sucesiones, explican los asesores fiscales, se produce desde hace tiempo una competencia fiscal a la baja cuando los contribuyentes son familiares cercanos del causante, utilizando en la mayoría de los casos las bonificaciones y las reducciones. No obstante, según las simulaciones del REAF, vuelve a haber importantes distorsiones en función de la región.
Así, un soltero de 30 años que hereda bienes de su padre por valor de 800.000 euros, de los que 200.000 corresponden a la vivienda, pagará hasta 103.000 euros en concepto de impuestos en Asturias. En cambio, no tendrá que abonar nada en Galicia, en Cantabria y en Andalucía.
En Donaciones las diferencias vuelven a ser notables. El mismo joven, que de nuevo recibe 800.000 euros, abonará 200.000 en Cantabria, unos 170.000 en Aragón, Asturias y Comunidad Valenciana y menos de 3.000 euros en Castilla y León, Madrid, Andalucía y Cantabria.
Por su parte, constata el REAF, en el impuesto de transmisiones patrimoniales y de actos jurídicos documentados se han regulado muchos tipos reducidos para hechos imponibles muy concretos, pero en general se ha subido la fiscalidad para mitigar la pérdida de recaudación.
De cara a los impuestos que gravan la riqueza, los asesores fiscales destacan las bonificaciones al 100% en Patrimonio de Madrid y Andalucía y al 50% en Galicia, aunque sus contribuyentes tendrán que pagar también durante 2023 el impuesto de solidaridad sobre las grandes fortunas. Como curiosidad, el REAF recalca el movimiento de Cataluña, elevando el gravamen en Patrimonio hasta el 3,48%, para quedarse con una recaudación que si no iría al Estado. Cabe recordar que el impuesto temporal sobre las grandes fortunas, cuyos ingresos irán a Hacienda, establece un tipo máximo del 3,5%, por lo que el diferencial en las regiones que abonan Patrimonio irá a parar al Estado.
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