El 17 de marzo de 2011 el Colegio de Aparejadores de Barcelona (CAATEEB) recibió la autorización de la Dirección General de Seguros para constituir una correduría propia orientada específicamente a los profesionales del sector de la edificación. Nacía así Aparejadores Servicios Profesionales (ASP), que actualmente presta sus servicios en las provincias de Barcelona y Lérida.
Según el director de la entidad, Llorenç Serra, “una de las especificidades de la correduría radica en el hecho de que detrás no tiene una empresa con afán de lucro, sino un colegio profesional que lo que pretende es ofrecer servicios a sus miembros”. Esta filosofía es la que permite que los posibles beneficios que se puedan producir reviertan directamente en la mejora del ejercicio de la profesión y en su proyección la financiación de becas para la formación y especialización de los arquitectos técnicos o la contribución a hacer posibles actos como, por ejemplo, la Noche de la Construcción.
Actualmente ASP impulsa un plan de formación continuada para todo el personal de su plantilla. Según Serra, “si lo que ofrecemos a los profesionales de la edificación es una asesoría personalizada y a medida sobre los servicios que necesita, debemos disponer de empleados que conozcan en profundidad las diferentes áreas en las que estamos especializados, sean capaces de aportar soluciones y sepan usar eficazmente las herramientas telemáticas que utilizamos para aproximarnos a nuestros clientes”
Una de estas herramientas, recientemente implantada, es E-Client, un espacio desde el cual se pueden hacer gestiones como, por ejemplo, solicitar presupuestos, comunicar siniestros, consultar las pólizas contratadas o realizar una ampliación de cobertura, “Los clientes pueden gestionar y ver de forma automatizada cuál es su situación en cada momento”, asegura Serra, “esto resulta muy interesante, hablamos de un servicio que no todas la corredurías ofrecen y que se ha revelado de gran utilidad durante la pandemia, ya que nos ha permitido mantener el nivel de atención al público durante este periodo tan complicado”.
Uno de los principales cambios que ha vivido la correduría a lo largo de sus 10 años de vida ha sido la necesidad de adaptarse a la transformación que ha vivido la propia figura de los aparejadores y arquitectos técnicos, que han pasado de ser autónomos que trabajan solos y conseguían clientes a partir de los contactos que establecían con empresas, talleres de arquitectura u otros compañeros de profesión, a convertirse en pequeñas sociedades formadas por dos, tres o cuatro personas que aglutinan servicios globales para poder ofrecer a sus clientes una oferta más completa.
Serra asegura que este fenómeno ha obligado a ASP a ampliar su oferta a fin de darle una cobertura adecuada y recuerda que “no podemos perder de vista que, más allá de las coberturas que puedan tener los profesionales, las sociedades también pueden ser responsables de los incidentes que se puedan producir en una obra y, por lo tanto, deberán disponer de un seguro adecuado”.
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