Seguros tradicionales, Consorcio de Compensación de Seguros, Agroseguro... Con todos estos mecanismos cubriendo los riesgos de particulares y empresas parecería que los seguros paramétricos no tendrían cabida en el mercado. Sin embargo, todas esas capas pueden no ser suficientes ante determinados riesgos, especialmente aquellos relacionados con los daños financieros, ante los que los paramétricos emergen como un complemento para una protección integral, proporcionando mayor transparencia y agilidad al estar basados en datos verificados por terceros.
Uno de los usos más habituales de los seguros paramétricos es el de cubrir daños por fenómenos meteorológicos. En el caso de España, al contar con el Consorcio de Compensación de Seguros su utilidad puede verse cuestionada por muchos clientes. Sin embargo, aunque “los españoles tenemos mucha suerte de tener el Consorcio, sabemos que no cubre todos los temas climáticos a los que nos podemos enfrentar”, asegura Jaime Pfitz, responsable Alternative Risk Solutions de Marsh España. De ahí que los seguros paramétricos sean tan importantes para poder cubrir el impacto económico que tiene una catástrofe natural, tanto si afecta a los propios activos, como a los de clientes y proveedores.
Efectivamente, como complementa Pilar Andrade, CEO & Founder de Lisa Seguros, los paramétricos son importantes donde el Consorcio no llega, como en los sectores de agricultura y turismo. Otra ventaja muy diferenciadora de los paramétricos frente al Consorcio es la velocidad de indemnización: “Los seguros paramétricos son una modalidad de seguros que se basan en indicadores o parámetros predefinidos para activar una indemnización. Estos se utilizan principalmente en contextos donde los eventos asegurados son medibles a través de datos objetivos Un seguro paramétrico está diseñado para indemnizar sin necesidad de una reclamación previa. Es exante, es decir, se activa antes de que haya una reclamación formal. Al producirse el evento, se realiza el pago automáticamente. Esta es una de las principales ventajas de un seguro paramétrico”, añade.
En la parte agro, Juan María Marqués, Commercial Director Iberia de Descartes Underwriting, considera que es un nicho potencial de crecimiento, sobre todo en cuanto a los cultivos de alto valor, ya que los propios clientes comentan que la cobertura que obtienen por Agroseguro no llega a cubrir sus necesidades. Además, el agricultor en caso de siniestro recibe una indemnización por parte de Agroseguro, pero la cooperativa no, y la cooperativa tiene unos gastos fijos que a través de paramétricos se ofrecen soluciones para poder dar ese tipo de coberturas. En España hay una gran inversión en cultivos de alto valor, como pistachos, almendro, aguacate, alcornoque, cultivos de uso farmacéutico (como el cannabis o el opio), donde los paramétricos son un aliado perfecto para proteger estos riesgos, y también en plantaciones enfocadas a créditos de carbono, en donde las soluciones paramétricas de incendio forestal ofrecen soluciones para que en caso de que haya un incendio forestal se puedan cubrir no sólo la reposición de ese árbol, sino la pérdida de beneficio que van a tener por no poder vender esos créditos de carbono. “Creo que las soluciones son muchas, las posibilidades de crecimiento también y que exista Agroseguro o el CCS, no es un impedimento para que pueda haber soluciones paramétricas en España, sino que son complementarias y ofrecen valor a diferentes nichos de mercado”, concluye.
Coincide Juan Manuel Peraza, jefe del Departamento de Siniestros de Riesgos Extraordinarios del Consorcio de Compensación de Seguros, en que es una suerte contar en España con el CCS, que permite mutualizar el riesgo y dar cobertura, a un precio muy asequible, a los riesgos climáticos o geológicos, como los terremotos, pero quedan excluidos ciertos riesgos, como las obras en construcción o las explotaciones agropecuarias que están bajo el sistema del seguro agrario combinado, o aquellas pérdidas que se pueden generar fruto de riesgos climáticos que generalmente se encuentras excluidas en los seguros de daños, como la pérdida de beneficios cuando no existe un daño material directo. “Ahí los seguros paramétricos nos dan mucho margen para dar cobertura a una amplia diversidad de daños y complementar lo que es la cobertura del Consorcio, cubriendo a los asegurados en todo aquello que queda fuera”, arguye. En este sentido, hace referencia a que, a pesar de la existencia del CCS, existe en España una brecha de cobertura ante eventos climáticos de en torno al 50%, de modo que, cuando hay una inundación, aproximadamente el 50% de los daños que se producen no los está cubriendo el CCS, por diversas causas, por lo que “hay mucho terreno en el que los seguros parámetros podrían complementar las coberturas actuales”.
Juan María Marqués, cuya compañía trabaja a lo largo del mundo, destaca la ventaja que supone para España contar con el Consorcio, que es un ejemplo para otros países cuando se padecen catástrofes climáticas, aunque haya eventos que se queden fuera, como ocurrió con Filomena en Madrid. “Estamos viendo cómo los riesgos por granizo cada día van en aumento y se está pidiendo que se pueda introducir en algún momento esa cobertura, porque el mercado asegurador está sufriendo un número de pérdidas muy fuertes”, comenta. El paramétrico ofrece una ventaja no solo para cubrir los riesgos propios, sino riesgos de terceros, como en el caso de la DANA de Valencia, ya que muchas empresas se han visto perjudicadas porque sus proveedores estaban en las zonas afectadas por las inundaciones. También se están dando soluciones a la falta de recursos para temas de energía, como la falta de agua para las hidroeléctricas o viento en energía eólica. Además, hace referencia a que la franquicia del Consorcio es un 7%, lo que en clientes muy grandes puede ser un problema y tener un impacto relevante, y por medio de un paramétrico se puede dar una solución para contar con una indemnización que les ayude a afrontar esa franquicia.
Otra de las grandes ventajas del paramétrico es la transparencia, frente a un seguro tradicional donde hay un clausurado extenso y donde el cliente tiene cláusulas que son interpretables. Además, a la hora del siniestro tiene que haber un proceso de peritación en el que demostrar la pérdida, lo que conlleva un timing, un desgaste y un consumo de recursos: “En un seguro paramétrico lo que estamos cubriendo es que suceda un evento; si ese evento sucede automáticamente al cliente se le paga la indemnización que esté establecida en la póliza en días o semanas. Frente a lo que se tarda en cobrar en el mercado tradicional, el proceso es muy ágil, y no es una causa que sea interpretable porque si sucede el evento, automáticamente se paga”, afirma Marqués. De hecho, destaca que hay latitudes donde tienen muchos casos con clientes españoles con riesgos fuera de España y con una alta exposición al catastrófico, donde ahí sí el paramétrico está siendo clave para poder tener una cobertura a riesgos de huracanes, terremotos, granizo, tornado...
“Estamos utilizando una palabra continuamente, que es complemento. Y es que no deja de ser un excelente complemento para los seguros de nuestros clientes. Lo que primero debemos salvar es el cambio de cultura aseguradora y enseñar qué es un seguro paramétrico porque es un gran desconocido en nuestro mercado”, aboga Manuel García, director técnico de Howden, especialista en riesgos climáticos.
Además de turismo y agricultura, hay otro sector que puede ser susceptible de contar con seguros paramétricos en su cartera, como es el de la construcción, toda vez que el Consorcio no cubre sus riesgos técnicos. Marqués reconoce que en España sí se están contratando, aunque es cierto que hay más en construcción con obras fuera de España, como América Latina, Caribe y Asia, zonas que soportan fuertes presiones ante terremotos o huracanes, o en construcción de plantas fotovoltaicas en Estados Unidos, por riesgo a tornados y granizo. “Este tipo de soluciones están contratándose cada vez más, sobre todo por la situación del mercado duro que hemos venido sufriendo estos años atrás, donde también ha habido un incremento de precios muy fuertes que ha hecho que muchos clientes tengan que buscar optimizar esas colocaciones que tenían”, argumenta, ya que ha habido una falta de capacidad muy fuerte en determinados puntos del mundo para determinados riesgos. “Vemos como los eventos catastróficos alrededor del mundo cada año van a más, cada año las pérdidas aseguradas que está sufriendo el mercado son muy altas y nos enfrentamos a una brecha aseguradora que cada año aumenta”, añade, por lo que el rol del seguro es dar soluciones a la gente y poder ofrecer alternativas que permitan dar una cobertura a este tipo de riesgos ayudando a corporaciones y países a ser más resilientes al cambio climático y a riesgos emergentes.
En este tipo de proyectos, Jaime Pfitz aduce que no solo hay un problema con la capacidad, sino que en otras latitudes para temas de granizo o huracán dan límites muy bajos y con franquicias muy altas, a veces porcentuales del valor del proyecto, por lo que si son proyectos muy grandes te puedes encontrar con franquicias que son de millones y son un problema tanto para el cliente como para el contratista: “Ahí es donde también el papel del paramétrico es importante, para tratar de cubrir esas franquicias altas y esos límites bajos”, dice.
Confirma Manuel García que fuera de España es muy normal utilizar los seguros paramétricos para proteger tanto la obra que se lleva a cabo como su entrega según coberturas complementarias a las ALOP, ya que, en caso de catástrofe, reduce considerablemente el impacto económico que puede suponer.
Pilar Andrade saca a colación otro sector en el que aprecia que este producto puede tener un protagonismo: el logístico, que está cobrando mucha importancia, sobre todo con los nuevos modelos de consumo y por la complejidad de la cadena de distribución, en la que intervienen varios operadores. En esta industria cree que se podría acelerar muchísimo lo que son las reclamaciones y aportar mucha transparencia y seguridad al proceso. Por ejemplo, en los retrasos en la entrega debido a bloqueos de carreteras, también podría ser por retrasos en el tiempo de descarga debido a congestión en puertos o en un vuelo de carga que es cancelado o retrasado más de un tiempo estipulado, se activa la compensación automática. Son algunos de los casos de uso que nos dan una idea de su aplicación en este sector.
“El paramétrico lo que nos da es mucha versatilidad en cuanto a las posibles pérdidas que se puedan cubrir”, concibe Juan Manuel Peraza, pues permite cubrir pérdidas financieras que tienen los asegurados que no tienen un encaje fácil tal y como está la estructura de las coberturas convencionales. “Es verdad que te exige conocer muy bien al cliente, conocer muy bien qué impacto genera esos eventos, medirlo muy bien para poder ofrecer la cobertura con garantías, pero desde luego yo me quedaría con la versatilidad que ofrecen”, cita. Además, contempla una ampliación del concepto de cliente final respecto al que se suele tener en los seguros tradicionales, llegando hasta los gobiernos de los países, ya que una catástrofe climática tiene un impacto brutal en la gestión de la emergencia, por las ayudas que suponen un coste para la administración muy grande, algo que se podría articular también bajo un seguro paramétrico.
De hecho, como menciona Manuel García, ya se utilizan y se enfocan en nichos de mercado que se salen de lo normal, como es el tema climático o hechos meteorológicos que provocan daño. Y pone el ejemplo de las redes sociales y la usurpación de identidad de empresas, que pueden derivar en un gran daño reputacional. “La potencialidad de estos seguros es increíble”, zanja.
El Commercial Director Iberia de Descartes Underwriting confirma que ya están asegurando a varios gobiernos que contratan este tipo de protecciones para que en el caso de que haya una catástrofe como la DANA de Valencia, sequías o terremotos, el gobierno reciba esa indemnización y pueda hacer frente a esa catástrofe y ayudar a los damnificados. Y pone el ejemplo del Gobierno de Marruecos, que tenía un paramétrico y recibió una indemnización muy relevante cuando ocurrió el terremoto en 2023. Asegura que hay muchas instituciones y organismos que compran este tipo de protecciones, así como muchos gobiernos. Recuerda, asimismo, que el paramétrico se centró desde el principio en la parte climática por el gran impacto que tienen en este tipo de eventos y la necesidad que había en el mercado de dar alternativas, a la vez que es un producto que se basa en datos a la hora de diseñarlo y modelizarlo y en clima existe una multitud inmensa de datos y cada vez más la tecnología que está permitiendo tener acceso a más datos de fuentes fiables, lo que permite diseñar un trigger que sea fácilmente identificable por todos, que se pueda ver de forma rápida que eso ha sucedido y que podamos recibir una indemnización. “El clima ha sido un foco muy importante durante todos estos años, pero a la vez ya se está aplicando esta metodología para muchos más riesgos”, comenta. “Ya estamos estudiando internamente varias líneas adicionales en donde creemos que ya hay un dato suficiente como para poder modelizar ese tipo de riesgos y poder ofrecer una solución al cliente en base a esta metodología paramétrica”, como pueden ser las soluciones cíber. “El futuro va a ir por ahí como una solución complementaria al mercado tradicional porque ni por capacidad ni por amplitud de coberturas se puede dar una solución igual a la que da el mercado tradicional, pero sí que vamos a ver el paramétrico en más líneas que no van a ser solamente la puramente climática, combinar estas soluciones con seguros tradicionales ya es algo que estamos haciendo como partners de Generali para este tipo de soluciones”, confía.
Pero el seguro paramétrico no solo es un producto versátil. Juan María Marqués, Commercial Director Iberia de Descartes Underwriting, tiene muy claro cuál es la principal ventaja: que es una solución totalmente a medida. “El cliente va a poder cubrir exactamente el riesgo que quiere trasladar al mercado asegurador, o sea, no va a tener que comprar un paquete o una póliza multirriesgo, sino que se va a adaptar a la necesidad concreta del cliente, a partir de la intensidad o de la severidad que el cliente determine, en una póliza que no tiene por qué tener una duración anual sino adaptada a la temporalidad que necesite”, sostiene. Además, se trata de un seguro muy transparente, porque el cliente, desde el principio, va a saber que si sucede un evento va a recibir una indemnización concreta. Y, a la vez, esa indemnización va a ser muy ágil, se le va a dar al cliente en cuestión de días o de semanas, ya que no va a haber un proceso de peritación y el cliente no va a tener que demostrar esa pérdida; simplemente tendrá que mandar una carta donde indique que su cobertura se ha activado y que la cantidad que reclama se corresponde a pérdidas que ha tenido, para evitar un enriquecimiento. Ahora bien, el cliente no va a tener que demostrarlas, de modo que no se le pide que mande toda la justificación de esas pérdidas, sean del tipo que sean (materiales, financieras...). “La otra ventaja fuerte que tiene es que esa indemnización la va a poder utilizar para cualquier cosa, no se le va a exigir que la utilice para reparar un daño concreto, sino que va a poder usarla para cubrir cualquier tipo de pérdidas, o si considera oportuno, hacer otra inversión”, añade.
En este sentido, Pfitz explica que el concepto es distinto al seguro de daños en el que tiene que haber una valoración de los activos y luego se indemniza. En el paramétrico es el cliente el que dice el límite que quiere cobrar en caso de que pase el evento que quiere cubrir. “No hay una valoración de activos y una suma asegurada como tal”, corrobora.
Juan María Marqués confirma que es el cliente el que marca ese límite, aunque reconoce que “tiene que tener cierto sentido” y si a las aseguradoras les llegan solicitudes que tienen posibilidad de ser un intento de cometer un fraude, se declina: “Ahí también está nuestra labor de analizar el riesgo y si detectamos algo que a lo mejor no tiene mucho sentido en base al riesgo real del cliente, se puede declinar”, recalca.
En cualquier caso, Andrade resalta que los seguros paramétricos están marcando un nuevo paradigma en la forma de gestionar riesgos, eliminando la subjetividad en la tramitación de siniestros. Funcionan con datos objetivos y predefinidos, como niveles de lluvia o la magnitud de un terremoto, lo que permite indemnizar de forma casi automática al cumplirse el parámetro, sin inspecciones ni largas negociaciones. Esto no solo agiliza los procesos, sino que también genera confianza gracias a su transparencia y previsibilidad. Al simplificar la gestión y adaptarse a tecnologías como sensores y datos en tiempo real, representan una solución innovadora para un mundo cada vez más afectado por fenómenos extremos, donde la rapidez y eficacia son esenciales.
“Eso se traduce en menos litigios y menos problemas entre asegurador y asegurado”, apuntilla Peraza, quien también cree que frente al seguro tradicional el paramétrico reduce considerablemente aspectos como el fraude, la selección adversa o el riesgo moral, “porque, al final, cuando ligas la cobertura a parámetros, que escapan al control del asegurado, que se verifica por medio de un tercero independiente de las partes, lo que estás haciendo es quitando la posibilidad de manipulación de la activación de la cobertura”. Añade que actualmente, con la tecnología avanzando a un ritmo brutal, el producto que mejor se adapta a esos cambios es el seguro paramétrico, precisamente porque se apoyan datos y la cobertura se estructura sobre el análisis de los mismos. Por lo que a medida que avance la tecnología, permitiéndonos analizar conjuntos de datos cada vez más complejos, irá mejorando exponencialmente el producto.
De hecho, la CEO & Founder de Lisa Seguros, aboga por que estos seguros se relacionen con el modelo de transformación tecnológica del sector, gracias a la aplicación de herramientas importantes de IA, big data o IoT. “La tecnología no es un fin en sí, es un medio. Pero este medio es un recurso que los asegurados están utilizando y tienen que saber que, detrás de esa póliza, hay muchísima tecnología y debería ponerse en valor”, propone. Unos avances que están a disposición de ciertos sectores, como reciclado, alimentación, madera, fitosanitario, químico, biotecnológico..., que cuentan con escasa cobertura y para los que se está dado soluciones, especialmente para daños materiales, muy concretas y con grandes franquicias, que dejan fuera incidentes menores, en lo que vendría muy bien utilizar los paramétricos como complemento.
De lo que no cabe duda es que los seguros paramétricos están actuando como complementos de los tradicionales, para cubrir esa exposición a donde no llegan estos últimos, como describe el responsable Alternative Risk Solutions de Marsh España.
Ahora bien, Marqués considera importante que al cliente se le explique y comprenda lo que está contratando, porque no hay una correlación entre lo que es una póliza tradicional y una paramétrica, porque el trigger que va a tener de activación una y otra no tienen nada que ver, ya que mientras que el mercado tradicional va a necesitar que se perite ese daño y que confirme la aseguradora si ha consumido o no el límite que está ofreciendo, en el paramétrico el trigger es el que va a activar esa póliza. “Entonces, ¿podemos utilizar el seguro paramétrico como un complemento al límite que da el mercado tradicional? Sí, pero en ese caso lo que haremos es elevar el trigger al nivel donde consideremos que se va a consumir el primario que está comprando el cliente en la póliza tradicional”, aclara. Eso sí, advierte que la correlación no va a ser perfecta, puede que se consuma el límite tradicional y que no se active el paramétrico o puede que se active el paramétrico aun cuanto no se ha consumido totalmente el límite tradicional. “Es una solución que se está utilizando y en sitios donde no hay capacidad se está comprando capacidad en paramétricos para complementar el mercado tradicional, pero es algo que se tiene que diseñar bien y ahí el papel del bróker es fundamental, haciendo informes de catastróficos, modelizaciones o informes de PML que determinen a partir de qué nivel de severidad de un evento se va a consumir el límite que tienen en ese primario”, sostiene, e insiste en que el cliente debe ser consciente de qué está comprando, de cómo funcionan las dos pólizas y de cómo se va a articular la cobertura en caso de un siniestro.
En cualquier caso, Jaime Pfitz, responsable Alternative Risk Solutions de Marsh España, deja claro que no hace falta que se produzca un daño material para activar la póliza, pero sí una pérdida, que puede ser financiera. Y lo explica con el ejemplo de una cadena de hoteles en el Caribe, donde irrumpe un huracán, pero no tienen ningún daño. Ahora bien, por la situación en el país, no van turistas lo que le afecta a su cuenta de resultados, “el paramétrico te cubre esa exposición a esa pérdida financiera y te da una indemnización cuando el seguro tradicional no te lo da, porque no tienes un daño material”.
Así que ante quienes defienden que el paramétrico no es un seguro porque no requiere de daños materiales, el Commercial Director Iberia de Descartes Underwriting insiste en que sí lo es pues “tiene que haber una pérdida y el cliente tiene que confirmar que ha habido una pérdida, que puede ser de cualquier tipo, no tiene que estar vinculada a un daño material, sino financiera o de cualquier tipo que haya sufrido el cliente”, insiste.
El jefe del Departamento de Siniestros de Riesgos Extraordinarios del Consorcio de Compensación de Seguros, insiste en que es fundamental que haya una correlación muy alta entre la intensidad del evento que pretende cubrir y la probabilidad de que haya generado una pérdida al asegurado: “La base de todo seguro paramétrico tiene que partir de ahí”, afirma. Se trata de otro modelo distinto al tradicional, que puede llegar a ser muy relevante cuando se produzca algún incidente que genere tal cúmulo de siniestros que provoque una saturación en las redes periciales y de reparadores: “Ahí el paramétrico tiene unas características que lo hace muy potente”.
De hecho, Juan María Marqués, Commercial Director Iberia de Descartes Underwriting, precisa que en estos seguros el trabajo se hace antes: “Esa labor de peritación que en un seguro de daño es después, en el paramétrico es previa”, explica, mediante un trabajo entre el cliente y el bróker de diseñar muy bien la estructura y de hacer todo ese tipo de informes y de análisis para saber cómo va a impactar. Y también pone en valor la tecnología que ha ayudado mucho a poder hacer este tipo de análisis: “Todo ese apoyo tecnológico está haciendo que las soluciones cada vez sean más definidas y mucho más fiables a la hora de poder dar ese tipo de cobertura”. Y recalca que el paramétrico tiene una vocación más de cubrir severidad que recurrencia, de modo que, en general, no está pensado para ser un seguro que cada año vaya pagando siniestros pequeños, sino para ayudar y cubrir el siniestro de impacto.
Lo que sí se aprecia es que los seguros paramétricos están teniendo un desarrollo muy fuerte y que año a año el volumen de primas se va doblando, aunque, como señala Juan María Marqués, el principal nicho son grandes clientes españoles fuera de España y que conocen muy bien estas soluciones como hoteleros o energéticas. Ahora bien, en clientes medianos no hay tanto conocimiento. Y cree que desde los operadores del sector necesitan dedicar más tiempo a la formación de los brókeres que tienen acceso a un cliente mediano y agro para poder ponerles en valor este tipo de soluciones y que vean las ventajas de este tipo de soluciones.
Coincide el director técnico de Howden en que es importante educar e inculcar esa cultura aseguradora, dar a conocer los estudios, los mapas de riesgo, que los clientes sepan de la necesidad que tienen, para que puedan complementar los seguros tradicionales con estos otros y solventar los problemas que surgen. “Hay que explicarlos bien, hay que trasladar convenientemente el concepto de paramétrico y cómo va a hacerlo en un programa de seguro”, comenta.
“Es un reto el llevar el paramétrico a la pyme española, porque ya puede tener mucha tecnología, ya puedes complementar muy bien, pero tenemos que hacer que esos productos les sean atractivos para que los compren”, precisa Jaime Pfitz.
“Es fundamental comenzar a ser apóstoles de estos productos, poco a poco, a través de la red de brókeres, quienes están más cerca del cliente”, afirma Pilar Andrade, CEO y fundadora de Lisa Seguros. Compara este proceso con lo que ocurrió hace algunos años con productos como los seguros cibernéticos o para directivos. Sin embargo, señala una diferencia clave: en otros tipos de seguros, muchas veces existe una normativa que impulsa la necesidad de externalizar el riesgo, mientras que, en los paramétricos, esta adopción es más voluntaria. “Es crucial iniciar cuanto antes una labor de formación y educación sobre este tipo de productos. Solo así lograremos que el sector comience a demandarlos y a valorarlos, aunque será necesario un periodo de aprendizaje”, concluye.
También Juan Manuel Peraza, jefe del Departamento de Siniestros de Riesgos Extraordinarios del Consorcio de Compensación de Seguros, cree que la formación es fundamental para divulgar qué son y cómo funcionan estos seguros y diferenciarlos de lo que es, por ejemplo, un derivado financiero, pero no solo entre los clientes, sino también para que los supervisores entiendan el producto que se está comercializando. “Luego es esencial que los asegurados conozcan los riesgos a los que se enfrentan para poder buscar la mejor cobertura posible y saber qué va a quedar cubierto por una póliza de seguro tradicional, qué queda sin cobertura y si existe en el mercado un producto que te puede ayudar a cubrir, si no todo, una parte”, añade. Y aunque considera que estamos en una época de transición, opina que a medida que la tecnología avance y la disponibilidad de datos y la capacidad para explotarlos mejore y se pueden hacer modelos de daño y de pérdida más sofisticados, el paramétrico hará una evolución similar: “Al final es un producto con mucho potencial y, sobre todo, hay que quedarse con la idea de que es un complemento muy potente para la industria aseguradora”, explica.
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