La rotación del empleo se redujo en España tras la aprobación de la reforma laboral. Esta es la principal conclusión del análisis que ha hecho el Banco de España sobre el impacto que tuvo la norma sobre el mercado de trabajo y que forma parte de su informe anual.
Para hacer el análisis, los investigadores de la entidad han comparado el número de altas y bajas a la Seguridad Social que se producen cada mes como porcentaje sobre los ocupados totales antes y después de la reforma laboral. Lo que se han encontrado es que el porcentaje de rotación laboral en 2022 (primer año de aplicación de la norma) fue inferior al registrado en los años anteriores. En concreto, la rotación fue un 15,8% inferior a la que se produjo en el anterior ciclo expansivo de la economía española (años 2015 a 2019). Esta medición a partir de altas y bajas a la Seguridad Social tiene una ventaja y es que incluye a los fijos discontinuos. El motivo es que cuando están en el periodo de inactividad no están en alta laboral, por lo que su cambio de situación está recogido en el análisis. Entre los años 2015 y 2019 la tasa de rotación se situaba en el 1,33%. Esto es, cada mes se daban de alta o de baja 1,33 personas por cada 100 trabajadores que hubiera en el país. En el año 2022 esta tasa se redujo hasta el 1,12%. Este descenso lo que indica es que el número de salidas y entradas mensuales al empleo se ha reducido de forma notable.
Otra forma de medir el impacto de la reforma laboral es la tasa de supervivencia de los contratos un año después de su firma. Esto es, cuántos contratos siguen en vigor doce meses después. Los datos apuntan en la misma dirección que en el análisis anterior: tras la reforma laboral la probabilidad de supervivencia aumentó respecto a la existente en el anterior ciclo expansivo. Un año después de la firma del contrato seguían en vigor el 16,1% de los contratos que se firmaron tras la aprobación de la reforma laboral. Sin embargo, en el anterior ciclo expansivo, apenas seguían en vigor el 11% de los contratos firmados. Esto significa que la tasa de supervivencia aumentó un 46% tras la aprobación de la reforma laboral.
El Banco de España advierte que esta evidencia científica todavía es poco consistente, ya que pueden existir otros factores que hayan aumentado la estabilidad del empleo en 2022 como fue el fuerte ritmo de creación de empleo o el problema de vacantes que se produjo en esos meses. La entidad ha anunciado que seguirá estudiando el comportamiento del mercado laboral para limpiar los análisis y obtener una visión fidedigna del impacto de la reforma laboral sobre el empleo. Aún así, estos primeros datos anticipan que el impacto ha sido positivo sobre la permanencia de los trabajadores en el empleo. “Los resultados disponibles, tanto con datos agregados como con datos más granulares, muestran un ligero aumento de la estabilidad laboral en el mercado de trabajo español tras la aprobación de la reforma de finales de 2021”, afirma la entidad en su informe anual. Eso sí, España está todavía lejos de los niveles de estabilidad del conjunto de la Unión Europea. Un ejemplo que utiliza el BdE es el de los flujos de población activa que ya recogió este periódico hace unos meses. En los tres primeros meses de 2023 se fueron del empleo al paro el 2,8% de los trabajadores, más del doble que en la Unión Europea, donde perdieron el empleo el 1,2% de los ocupados. “Aún existe margen para aumentar la estabilidad del empleo en nuestro país”, señala el Banco de España. Es comprensible que sea así, ya que el Gobierno dejó cierto margen a la rotación laboral en la reforma laboral, en parte, para que la norma contase con el apoyo de la CEOE. El ejemplo más evidente son los fijos discontinuos, pero también existen otros, como los periodos de prueba en los contratos indefinidos. De hecho, el Banco de España ha detectado que la tasa de rotación de los indefinidos aumentó levemente en 2022, y su tasa de supervivencia se redujo. Evidencias que muestran que una parte de la temporalidad real en el empleo se habría trasladado a los contratos indefinidos. Estas son válvulas de escape que se han permitido para las empresas con el fin de evitar el ahogamiento de los sectores que tienen una gran estacionalidad, desde la agricultura hasta el turismo.
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