En la introducción, Llorens resaltó la importancia del asunto de las pensiones y que no se haya logrado transmitir su importancia. “No se corresponde el grado de conocimiento que tenemos sobre el tema, con la necesidad de utilización de los mismos”.
Para intentar subsanar esa falta de información, Herce dijo que “en el plano demográfico, hay que resaltar la longevidad de la población y cómo estamos empujando el periodo de senectud (antes de morir) y acortando ese periodo. No envejecemos, vivimos cada vez más y estamos mejor si nos comparamos con una persona de nuestra edad hace 50 años o 100 años. Cada año que pasa, vivimos dos o tres meses más y hay que pagar esas pensiones”. Por eso, el profesor de Economía de la UCM propone “acumular capital humano para poder vivir con la misma calidad de vida”. Asimismo, explicó que hay que hacer cambios en el sistema público de pensiones que proviene en un 80% del establecido en 1882 en Prusia.“Desde entonces, la edad de jubilación se ha ampliado dos años y la logevidad se ha duplicado y, sin embargo, ese sistema de pensiones no se ha adaptado a esos cambios. Nuestras pensiones están garantizadas pero la Seguridad Social tiene un deficit estructural creciente. Para lograr que un sistema de pensiones sea sostenible, es necesario sostener su suficiencia. E esfuerzo realizado por cada ciudadano es insuficiente para cubrir todas las remuneraciones que vamos a percibir en el futuro, porque cada vez se entra mas tarde al mercado laboral”. Por lo tanto es posible que en un futuro se trabajará hasta una edad más avanzada pero a tiempo parcial para poder complementar las pensiones.
Esquivias ahondó en la necesidad de “ahorrar para mantener el nivel de vida tras la jubilación. Es un hecho que antes se cotizaba unos 50 años y se cobraba unos 20 años.
Ahora se está entrado a los 28 o 30 años a trabajar por lo tanto se cotiza unos 35-40 años y se vive más”. Para solucionar esta situación, el gerente de la Comisión de Vida y Pensiones de Unespa propone tres cosas: que los trabajadores aporten más a la Seguridad Social (porque las empresas ya contiza mucho); alargar la edad de jubilación; o cobrar menos por las pensiones. Hay que tener en cuenta, que la tasa de sustitución (lo que cobro cuando me jubilo con respecto a mi último sueldo) en España es el 73,9%, despues de la reforma. Mientras que en alemania es el 42% y en Reino Unido el 32%. Si se opta por reducirla, será imprescindible contar con otras fuentes de ahorro para complementar la pensión, que solo garantizará la supervivencia.
Además, Esquivias explicó la importancia de que en la próxima legislatura se informe al ciudadano sobre la pensión que le va a quedar a través de la famosa carta que finalmente no se ha mandado este año.
Ugarte también insistió en la importancia de “introducir el ahorro de forma estructural. No importa la cantidad que se pueda ahorrar. Lo que se pueda. Además es preciso mejorar la cultura financiera para entender los productos”. En este sentido, resaltó la labor de los mediadores que deben estar en la calle para percibir las necesidades que existen y asesorar al cliente” porque hay productos de todo tipo (con ventajas fiscales y sin ellas), que están vinculados a la jubilación y otros que no.
El director del área técnica de Seguros Personales de Reale Vida señaló que “hace falta un ahorro propio por la incertidumbre que existe sobre lo que pasará en el futuro”. En este sentido, Llorens puso en valor la función del asesor porque es la persona adecuada “para hacer un estudio de las necesidades del cliente, decirle lo que se va a percibir en la jubilación e indicarle los productos que mejor se amoldan a sus necesidades en cada momento de su vida”. Ese asesoramiento, según Carlos Esquivias, evitará que entremos en malos productos como las preferentes. “Una regla fundamental es la diversificación de la inversión. Hay que tener en cuenta que no todos los proveedores de ahorro son iguales. Algunos no tienen solvencia o son extrafinancieros”.
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